Una de las consecuencias de vivir en un mundo cada vez más globalizado es la importación de algunas especies originarias de otros continentes, como ocurrió en la primera década del siglo XXI con la llegada del mosquito tigre y hoy en día con el mosquito aedes japonicus» .
Un caso similar es lo que muy probablemente pueda acabar ocurriendo con un nuevo tipo de cucaracha de origen africano que se ha detectado en nuestro territorio y con importantes diferencias respecto a las tres especies de este insecto predominantes en España:
- La cucaracha negra o común (Blatta Orientaliis),
- La cucaracha americana (Periplaneta Americana)
- La cucaracha rubia o alemana (Blatella Germánica).
Mundialmente se han logrado identificar cerca de 3500 especies de cucarachas, de las cuales 19 tienen importancia médica, y de éstas sólo siete se pueden considerar realmente como una plaga.
Son seres nocturnos y se esconden durante el día en lugares tan fuera del alcance de nosotros como detrás de los zócalos, bajo los entarimados, en los motores de los electrodomésticos, desagües y en los conductos de ventilación.
Pueden pasar desapercibidos durante largo tiempo, aumentando gradualmente su número. El daño que causan, no estriba tanto en el material que verdaderamente se comen (este consiste ampliamente en verdaderas sobras y desechos) sino en la contaminación de otros productos llevada a cabo por los excrementos, salivaciones y evacuación de diversos fluidos que producen un olor característico. Se tienen que tirar grandes cantidades de alimentos debido a la contaminación.
La cucaracha alemana es la especie más común en todo el mundo. Habita y se reproduce en casas y en establecimientos comerciales. Son un problema persistente en los edificios de viviendas, comercios, empresas, etc.
La concienciación social y la importancia dada a evitar al máximo la exposición a insecticidas o a productos perjudiciales para la salud ha hecho que los principales laboratorios del sector apuesten por realizar investigaciones y ensayos con productos menos perjudiciales pero a su vez más efectivos para los tratamientos de plagas de cucarachas. Estas investigaciones han llevado a la creación de geles insecticidas alimenticios específicos para el plaga de cucarachas. Este tipo de insecticidas permiten garantizar la seguridad de personas y animales y a su vez llevar a cabo un gran avance en los tratamientos frente a plagas de cucarachas. Son tan seguros que no hace falta dejar la vivienda, empresa o comercio cerrados y podemos convivir con el tratamiento día a día.
Una vez elegido el producto a utilizar se procede a realizar un tratamiento de insecticida en gel localizado en aquellos puntos que el técnico considere necesario procediendo así al tratamiento de la plaga de cucarachas. A su vez le indicará todas aquellas deficiencias que se deberán subsanar a posteriori para que su problema se solucione en la mayor brevedad posible.
Para eso están las empresas especializadas en estos menesteres. Son rápidos y efectivos y con todo el cuidado para nuestra salud.
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